El grupo come junto en la mesa

¿Qué impulsa el sector de la alimentación colectiva?

Nuevas exigencias, nuevas oportunidades: la alimentación colectiva se posiciona para el futuro

La opinión pública suele pasar por alto la alimentación colectiva. Y eso que es uno de los sectores más dinámicos de la industria alimentaria alemana. El reciente estudio «Unterschätzter Riese: Wie die Gemeinschaftsgastronomie Deutschland effektiv & verlässlich versorgt!» (Un gigante subestimado: cómo la alimentación colectiva puede abastecer a Alemania de forma eficaz y fiable) de la Denkfabrik Zukunft Gastwelt (DZG) y el Deutsches Institut für Gemeinschaftsgastronomie (DIG) analiza por primera vez de forma exhaustiva el papel del sector.


La cifra es impresionante: cada día se sirven más de 16 millones de comidas, lo que supone unos 6600 millones al año. En guarderías, escuelas, clínicas, empresas y residencias, la alimentación colectiva cubre gran parte del suministro de alimentos en fases sensibles de la vida, desde la infancia hasta la vejez. El estudio confirma que la alimentación colectiva no solo es relevante desde el punto de vista del sistema, sino que también tiene un enorme potencial para la transformación sostenible de nuestra dieta, siempre que se marque el rumbo adecuado.

Nuevas exigencias, nueva autopercepción

Hoy en día, los comensales y la sociedad esperan algo más que un simple servicio de catering. Cada vez más gente quiere saber de dónde proceden sus alimentos, cómo se han preparado y qué impacto tienen en la salud y el clima. Esta actitud no se limita a los comedores escolares o de empresa y cocinas de hospitales. Según el estudio, al 73 % de los encuestados le gustaría ver más platos regionales y de temporada en la alimentación colectiva, y casi el mismo porcentaje pide una comunicación más transparente sobre ingredientes, origen y métodos de preparación.

Un joven chef se encarga de la ensalada griega

No se trata solo de los ingredientes, sino también de la identificación. Celebramos el regreso de la clásica pausa para comer, que satisface una creciente necesidad de comunidad, desaceleración y aprecio en la alimentación diaria. Los comedores de empresa volverán a ser más populares si, además de llenar, crean espacios para vivir experiencias. En clínicas, guarderías y escuelas hay una conciencia cada vez mayor de que una buena alimentación puede contribuir activamente a la terapia, la educación y la participación y, por tanto, a la igualdad de oportunidades y la integración social.

Entre la aspiración y la realidad: el desequilibrio estructural

El inconveniente: muchas instalaciones son incapaces de satisfacer las crecientes expectativas. La paralización de las inversiones es enorme. Según el estudio, existe un déficit nacional de unos 10 000 millones de euros para modernizar las infraestructuras de restauración, digitalizar las cocinas y formar a personal cualificado. En las guarderías, a menudo falta capacidad de servicio, en las residencias falta tecnología adecuada para mantener la comida caliente y en las escuelas, personal. Al mismo tiempo, la presión de trabajo tanto en la cocina como en el servicio y la logística es elevada. Esto restringe el margen de maniobra y obstaculiza una transformación holística.

Pareja joven comiendo en la mesa del comedor en vista superior

«La alimentación colectiva es el motor oculto de nuestro sistema alimentario. Pero en muchos lugares funciona por desgaste», afirma Nicole Klaski, autora del estudio. Aboga por una revalorización sistemática del sector, desde el punto de vista político, social y de planificación. Al fin y al cabo, quien alimenta a millones de personas cada día merece algo más que unos estándares mínimos. Sobre todo en las fases de la vida en que las personas dependen especialmente de la calidad, la fiabilidad y la atención.

Herramienta para más calidad y eficacia

Precisamente porque la industria es tan grande, su influencia para el cambio es enorme. Cuando aquí se aplican procesos más sostenibles, recetas más sanas y una tecnología moderna, su impacto se multiplica. El estudio lo demuestra: Incluso pequeñas mejoras en la infraestructura dan lugar a mejores resultados que pueden medirse: en términos de calidad de los alimentos, higiene, uso de los recursos y satisfacción de los empleados.


Existe una demanda especial de soluciones inteligentes que simplifiquen los procesos y ayuden a cumplir los requisitos legales. Por ejemplo, para documentar sin fisuras la temperatura, la trazabilidad de los ingredientes o el control de la higiene. Al mismo tiempo, el control digital y los dispositivos inteligentes son cada vez más importantes: cuando los procesos pueden estandarizarse y supervisarse de forma centralizada, aumenta la fiabilidad y disminuye la posibilidad a errores. Cuando los requisitos cambian con frecuencia, la moderna tecnología de servicio y el mobiliario modular ofrecen la flexibilidad necesaria.

Visión general del sistema automatizado de distribución de alimentos

Cómo apoya B.PRO el cambio

Justo aquí es donde entra en juego B.PRO: con sistemas duraderos que pueden adaptarse con flexibilidad a las estructuras existentes y ampliarse gradualmente. El resultado son soluciones que no exigen todo a la vez, sino que pueden hacer todo lo que necesita la restauración moderna. Tanto en el proceso como en el producto.


B.PRO ofrece conceptos pioneros en el campo de la automatización de cintas transportadoras de alimentos, por ejemplo. Los sistemas modulares para la carga automática de bandejas permiten reducir de forma selectiva los pasos del trabajo manual, mientras que las visualizaciones en pantallas ayudan al equipo en la preparación de porciones. El resultado: una tasa de error minimizada y un despliegue de personal optimizado con una mayor fiabilidad del proceso.


Cuando se trata de guarderías y escuelas primarias, entra en juego el sistema de servicio todo en uno JUNIOR-SERVE. En vista de la próxima demanda de guarderías de jornada completa a partir de 2026, abarca todo el ámbito, desde la distribución hasta el servicio y la recogida.


El , por ejemplo, está equipado con una precisa tecnología de sensores que, junto con la solución de software del socio colaborador QMSpot, permite mantener la temperatura con precisión milimétrica durante todo el proceso de distribución, un aspecto clave en ámbitos sensibles como hospitales o residencias de la tercera edad. Los datos sobre otros procesos e intervalos de limpieza también pueden registrarse, analizarse y documentarse de forma centralizada. La garantía de calidad digital ahorra tiempo, reduce riesgos y crea transparencia para los organismos de inspección internos y externos.

Niño con bandeja en la cantina

Conclusión: De engranaje a pieza clave

El futuro de la alimentación colectiva no empieza mañana, sino ahora. Quien la considere una herramienta para una mejor nutrición, más sostenibilidad y participación social debe reforzar sus estructuras, desde la concienciación política hasta la implementación técnica. Con la tecnología adecuada, socios fiables y una estrategia clara, puede pasar de ser un engranaje silencioso a un motor activo de una cultura alimentaria sana y justa.

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